Ayer estuve en un spa. Me invitó una amiga y aunque al principio me negué a ir (por pereza) luego lo pensé mejor y la acompañé movida, sobre todo, por la curiosidad. Es la primera vez que voy a un sitio de estos y reconoczco que es una delicia. La sauna, el jacuzzi, los chorros de agua o el masaje hacen que salgas de allí como flotando. Al final incluso te ofrecen un zumito que ya no me tomé porque se me hacía tarde. No sé, quizá me aficione y me saque un bono...