Qué diferencia, levantarse por la mañana y ver luz cuando levantas la persiana. Por fin el cielo despejado. Parece mentira que podamos ponerlos las gafas de sol tras días y días oscuros y lluviosos. Para los que somos del sur, acostumbrados a tener mucha luz durante todo el año, estos últimos meses casi nos han cambiado el carácter. Hacía falta el agua, por supuesto, pero creo que ya es suficiente. ¡Bienvenido sea el sol, aunque haga frío!