No sé si alguna vez he contado que en la cocina de mi casa tengo una radio muy antigua, de esas que también salen en la casa de la familia Alcántara, en Cuéntame cómo pasó. Era de mis abuelos y, la verdad, le tengo mucho cariño. Aunque hay que orientarla de vez en cuando y ponerle unos papelitos entre los botones para que funcione, no se escucha del todo mal y la suelo poner mientras me tomo el café o desayuno los fines de semana. Pues bien, lleva unos días fallando más de la cuenta y yo creía que eran los síntomas de sus últimos días de vida, pero no. Se la llevé a mi padre, que lo arregla todo, todo, todo (como en el anuncio) y me dijo que eran las pilas, que estaban agotadas. Estas pilas son de petaca, de las grandes, y me ha costado un poco encontrarlas pero por fín he dado con ellas y mi radio de la época de los Beatles me sigue dando compañía. Espero que por mucho tiempo.