Siempre suelo escuchar la radio mientras me ducho antes de ir a trabajar o los fines de semana, sobre todo el programa de No es un día cualquiera. Es una costumbre que me relaja bastante. Ahora tengo un nuevo vicio radiofónico y es que por las noches, en la cama, escucho algún que otro programa con mi iPod hasta que me quedo dormida. Anoche, por ejemplo, estuve escuchando una tertulia sobre la tumba de Tutankamon, y su maldición... Les aseguro que tener la radio puesta a la hora de dormir ayuda a evadirse de todos los problemas o el estrés de cada día.
Nota: No sé si habrán notado que he tenido que activar la opción de moderar los comentarios de este, mi blog y es que hay por ahí una persona que le ha dado por escribir comentarios de cada entrada en otro idioma y siempre haciendo publicidad de cosas extrañas. Espero que algún día se canse...