El post de hoy no es que sea una verdadera chispa, pero en cierto modo sí. ¿Alguna mañana no se han sentido aliviados cuando han despertado tras un mal sueño? Pues eso es lo que me ha pasado hoy a mí. Estaba soñando que había aparcado el coche en el campus universitario de Badajoz porque quería hablar con un profesor (que no tengo ni idea de quién es) para encargarle un artículo para Mi Biblioteca. Cuando entré en no sé qué facultad me encontré con un grupo de actores que estaban ensayando una obra de teatro. Yo les preguntaba por el despacho del profesor pero no me hacían ni caso, era como si no me viesen. Por fin encontré ese despacho y hablé con el profesor, que se enrollaba muchísimo y yo me puse nerviosa porque se me hacía tarde y debía volver a Madrid, que era donde vivía según este sueño. Cuando salí del despacho a toda prisa no encontraba mi coche por ningún sitio, no me acordaba de dónde lo había dejado. Para colmo me topé con una vuelta ciclista y por poco no me atropellan... En fin, que pocas veces me he alegrado tanto de que suene el despertador como esta mañana.