Hay que reconocer que los juegos de la Nintendo no son para mí. Anoche, mi hija intentó enseñarme a jugar a Super Mario y no hubo manera de que yo le cogiese el truquillo a ese juego. Tenía que procurar que unas setas no matasen a Super Mario y al mismo tiempo había que salvar varios obstáculos, todo ello manejando tanto las teclas de la derecha como las de la izquierda. Dificilísimo para mi persona. Al decirle a mi hija que yo no era capaz de jugar a eso me contestó que ella también veía difícil aprender mecanografía y sin embargo no se había negado. Así que hemos hecho un trato y a partir de hoy tendré que buscar un hueco para nada más y nada menos que aprender a jugar a Super Mario Bros...