Hoy se me ha olvidado una libreta en mi casa. Cuando me he bajado del coche me he dado cuenta de que me faltaba algo, pero no sabía bien qué era. Y ya que me he sentado en mi silla y he encendido el ordenador para ver el correo y demás me he acordado de mi libreta. No es que sea absolutamente necesaria, de hecho puede ser que hoy ni la utilice, pero no estaba tranquila y he vuelto a mi casa a por ella. Ya tengo mi libreta en la mesa y puedo empezar a trabajar a gusto y feliz...