Hoy, aunque sea domingo, no puedo escribir una de mis chispas, por lo general optimistas. Hace una semana que murió Nacho Marina Grimau, hermano de mi amigo Luis Marina (no he sido capaz de escribir antes sobre él). Con solo 47 años, se nos ha ido. Nacho era un periodista de esos que sienten su profesión como una vocación y una labor a la que uno ha de dedicarse en cuerpo y alma, desde que era pequeño. De carácter tranquilo, sereno, escuchante en todo momento, sencillo, inteligente, modesto, humilde, educado, Nacho nos ha dejado de manera fulminante, sin darse ni cuenta. Dedicado a escribir como los ángeles en la tierra, seguro que Nacho lo seguirá haciendo como un ángel en el cielo. Mientras, aquí todos lo que de alguna manera u otra hemos tenido relación con él, seguirá viviendo entre nosotros, con esa sonrisa tímida pero sincera que describe perfectamente la personalidad de uno de los mejores periodistas que España ha conocido.
Desde este, mi blog, le dedico el mejor reconocimiento que se le pueda hacer a una persona.
Aquí les dejo su foto. Nacho es el primero empezando por la derecha.