lunes, 19 de enero de 2009

Mi memoria

Desde el viernes por la noche he estado preocupada creyendo que había perdido la memoria, no la cerebral sino la USB (aunque ya dudo si la cerebral la estoy perdiendo también). La busqué por todos los bolsillos, puse el bolso patas arriba... Pero nada, no estaba. Ya me acordé de que podría habérmela dejado en el ordenador y, ¡sorpresa! Esta mañana, lo primero que he hecho es ir directamente a mirar si estaba allí y, ¡Sí! No es por lo que vale el pendrive sino por todo lo que tengo en él. A partir de ahora, cada vez que lo utilice lo desconectaré y lo guardaré en ese momento.