Desde hace unos días vivimos con un pollo en casa. Sí, es un pollito pequeño, redondito, gordete y juguetón. Nunca me ha gustado tener animales (sobre todo por la alergia) pero con este pollo he hecho una excepción y tengo que reconocer que se le toma bastante cariño. Se pasa el día piando y cuando lo sacamos de la jaula hay que ir mirando al suelo porque como te descuides lo pisas y no te das ni cuenta. El problema será cuando crezca, pero desde luego ahora es el entretenimiento de la casa.