martes, 27 de octubre de 2009

Sí, pero es que...

Desde hace unos años guardo un reloj de muñeca bastante antiguo. Este reloj es de cuerda pero no funcionaba y tampoco tenía correa. Hace unas semanas me decidí a arreglarlo creyendo que lo más sencillo sería encontrar una correa y lo más difícil sería arreglarlo, pero ha sido al contrario. El arreglo fue rápido pero la correa ni les cuento. Resulta que el reloj es todo una pieza por lo que la correa debe ser especial ya que no se pueden quitar las trabillas. He buscado por todas las relojerías habidas y por haber y no he encontrado una correa así. Pero no me rendí y he acudido a un zapatero para que me haga una expresamente para este reloj. No se imaginan las visitas que he podido hacerle a este señor que no me dice que no puede hacérmela pero tampoco me dice que sí. Su frase favorita es: Sí, pero es que... seguida de un problemilla nuevo cada vez que voy. Por fin anoche, para facilitarle el trabajo, le llevé un trozo de piel de ternera que conseguí en una tapicería y hoy le llevaré una hebilla de otra correa, a ver si ya no me dice eso de Si, pero es que...