No sé cómo ha salido la conversación pero la señora de la limpieza me ha contado el sofocón que tiene porque su hijo, adolescente, se ha puesto un piercing en la ceja. El hijo ha estado sin salir durante tres fines de semana para ahorrar y así poder ponerse el pendientito. Para más inri, la otra señora de la limpieza le decía que eso se podía infectar, que seguro que al final se le queda la señal... Y no debe ser mentira porque mi hermana me contó no hace mucho que una paciente suya murió por una infección causada por un piercing en el ombligo. Pobrecilla. Viendo esta situación yo me imaginaba a mi hija llena de piercing por todos sitios, que parece ser que es lo que se lleva ahora. Así que he pensado, para prevenir, que esta tarde empezaré a hablar con ella sobre las desventajas de los piercing y así meterle miedo aunque, ya se sabe, como algún día se empeñe los padres creo que podemos hacer poco.