Últimamente solo me pasan cosas que, aunque sean adversidades, afortunadamente no son graves. Antes de ayer fui a Córdoba y se pinchó una rueda del coche (no se pueden imaginar el tamaño del tornillo que tenía clavadito), ayer iba a trabajar con el ordenador de mi casa y tenía un virus que lo dejó bloqueado, he perdido un collar que me encantaba, esta mañana he derramado la leche del desayuno de mi hija... Pero bueno, creo que cuando pase este mes de noviembre todo volverá a la normalidad, así lo espero. Mientras, andaré con pies de plomo...