Dentro de unos minutos me voy a Badajoz (150 km) a impartir el curso que comenté en una entrada anterior de este blog. Durará cinco días. Anoche mi amigo Raúl me decía que este curso me servirá para desconectar y volver con la cabeza más despejada. Tiene razón. Cambiaré el chip (aun sabiendo que mi cerebro no es una máquina) y aunque mi mente siga en tensión sí me servirá esta salida para romper con la rutina, conocer gente nueva, hacer amistades, cambiar de ambiente... Sí, de vez en cuando vienen bien estas escapadas, ¿por qué no?