Ya se han terminado las clases en la uni. Qué pronto se ha pasado el cuatrimestre... He disfrutado muchísimo dando clases, pero todo ha sido gracias a mis alumnos, con los que me he sentido como en familia. Ya me ha dicho alguien que los primeros alumnos siempre se recuerdan, y estoy segura de que eso es así, que me acordaré de cada una de las caras de los que yo llamo "mis niños". Ayer, algunos me invitaron a tomar una copa y me echaron el mejor piropo que he podido escuchar en toda mi vida: que no me habían visto en clase como una profesora sino como una amiga. Con esto, y con uno de los aplausos más carioñosos que se pueden recibir me han hecho feliz para mucho tiempo. Espero, como hablamos, que no perdamos el contacto, que me cuenten cómo les va el año que viene en Erasmus y que cuando acaben la carrera me digan dónde están trabajando estos pedazos de profesionales de la Traducción y la Intrepretación. Un beso para todos y ¡GRACIAS!