Por fin, tras casi un mes de ausencia, vuelven mis padres a casa (esto parece el spot del turrón). Después de 15 días en el hospital y algunos más en casa de mi hermana, en Cáceres, regresan a Azuaga y para que no se encuentren la nevera vacía compraré algunas viandas. No podré hacer ninguna especialidad gastronómica porque ya saben que eso no es lo mío, pero para dos o tres días no creo que les falte comida, aunque sean precocinados. Ya tengo ganas de que vengan para que mi madre prepare ese cocido tan bueno, ese arroz que está para chuparse los dedos, ese pescado en su punto... Y es que esto de hacer yo la comida a diario supone no pasar de la tortilla francesa, los macarrones con tomate, las ensaladas de macarrones, etc., etc.