martes, 28 de agosto de 2012

La vida sin internet

Desde el día 23 de agosto estoy sin internet en casa. Cuando una está acostumbrada a estar conectada casi las 24 horas del día, la falta de esa conexión se hace casi inaguantable. Lo reconozco, soy adicta a todo lo que me mantenga enganchada al mundo.  El router se ha estropeado y hasta que no reciba uno nuevo, que por lo visto lo han enviado por mensajería pero creo que el mensajero tiene cierto complejo de tortuga, no intentarán arreglarme el problema desde la central. Eso sí, hablar por teléfono con Ingrid, Juan, Patricia, Sonia, Marcelo, etc., etc., todos ellos técnicos de la compañía que me surte internet, lo he hecho más que bien. Habré hablado con unos 15 de esos técnicos desde que, ¿me abrieron la incidencia? Según ellos es que debo tener paciencia. Ay, menos mal que siempre está la casa de papá para dar solución a cualquiera de mis problemas, incluso acceder a internet como ahora mismo estoy haciendo...

martes, 14 de agosto de 2012

Vuelta a las andadas

Ya hace meses que no escribo ninguna nota en este, mi blog, concretamente hace nueve meses. Y no es que ya no tenga "chispas" para contar, al contrario. Lo que pasa es que en estos meses ha podido más la pereza y la falta de tiempo a la hora de escribir que otra cosa. Pero hace unos días, uno de los lectores de la Chispa de cada mañana, concretamente de Hispanoamérica, me escribió para recordarme que debería echar abono a este blog, que lo extrañaba mucho, y eso me picó. Le prometí que volvería a retomarlo y aquí estoy, cumpliendo mi promesa.

Dejando atrás estos nueve meses, contaré que estoy a punto de defender mi tesis doctoral. Será el próximo 14 de septiembre, en Salamanca. Después de cuatro años de trabajo ya tengo ganas de terminar, aunque sé que luego que quedará una especie de vacío existencial, sin saber qué hacer... Hoy, día de comienzo de las fiestas en Azuaga, he estado ensayando con mi amiga Ana Castillo, en un bar. Cualquiera que nos haya visto con el portátil y los papeles en plena feria habrá pensado que cuando a los locos les da por algo hay que dejarlos ir, como era nuestro caso. Ana no podía en otro momento y a mí no me importaba que el ensayo fuera un día como hoy. Esto es lo bueno de tener amigas como ella, dispuestas a ayudarte en cualquier lugar y a cualquier hora, sea el día que sea.