Cosa extraña es la que le ha pasado a mi coche. Sí, se le ha caído el cristal de uno de los faros delanteros. Me di cuenta cuando lo iba a recoger en la cochera y cuál ha sido mi suerte que he encontrado el cristal intacto en uno de los sitios donde había estado. Me he alegrado mucho de que no se haya roto o perdido porque así me ahorro un pastón. Ya saben lo que cuesta un farolito del coche... Esta tarde iré al taller a que se lo pongan de nuevo y mi coche deje de estar bizco.