Hace más de 35 años que colecciono sellos (qué mayor soy ya, Dios mío...) y sigo teniendo la misma aficion que el primer día, cuando comencé a guardarlos en una caja de lata allá por los años 70, en Vélez Rubio. Lo que me falta hoy es tiempo para dedicarme a ellos como yo quisiera.
Esta afición se la conté a uno de mis usuarios de la biblio. Es un señor mayor que se quedó con el cante y, ¿saben qué ha hecho? Ha rebuscado en su casa y me ha traído una bolsita llena de sellos de hace un montón de años. No supe cómo darle las gracias. Algún día, cuando me jubile (jajajajaja), pondré en orden esta colección y esos sellos ocuparán un lugar preferente, por supuesto.