viernes, 2 de mayo de 2008

Quién me mandaría meter la mano

Anoche hice una pizza en el horno de mi casa. Es una de las pocas cosas que sé hacer: precalentar el horno, quitarle el plástico a la pizza y esperar a que se haga. Qué sencillo ¿verdad? Pues no es así. Cuando metí la pizza en el horno ya caliente me quemé el dedo anular de la mano izquierda al rozarlo con las resistencias al rojo vivo. Me eché vinagre rápidamente (era lo que tenía a mano) y no llegó a salir la ampolla. Pero esta mañana me duele que ni se imaginan, y eso que es una quemadura de unos dos centímetros solamente (qué debe ser cuando algunas personas se queman parte de su cuerpo en algún accidente...). Creo que a partir de ahora utilizaré los guantes para el horno, que para eso están (y desde aquí se lo aconsejo a todos) o, mejor, encargaré las pizzas por teléfono a la pizzería, desde luego.