En una de las calles más céntricas del pueblo, y muy cerquita de la biblio, están haciendo obras. Sí, han ensanchado la acera y están colocando adoquines en la calzada. Ya llevan mucho tiempo con esta reforma y son varios los hombres que están trabajando en ella. En los días de frío que hemos pasado, esos días en que solo ir a tomar café suponía quedarte helado, daba pena ver trabajar a estos albañiles en la calle, pero no por ello perdían (ni pierden) el humor. Desde por la mañana, que ya se empiezan a preparar para la faena, están con las bromas. Esta mañana no ha sido distinta. Uno decía aposta, ¡voy a tapar bujeros! para que otro, muy paciente, le corrigiera diciéndole que no son bujeros sino a-gu-je-ros. Mientras, cerca de estos dos, otro trabajador llamaba al ¡aguaóooo! ¡Pero dónde está el aguaóoo! Y todos ríen. Qué forma más optimista de comenzar a trabajar un lunes en plena calle...