miércoles, 19 de mayo de 2010
El escurridor de verduras
Me acaban de regalar un escurridor de verduras. No es que yo tome verduras a menudo, que ni me gustan, pero sí suelo hacerme ensaladas por lo que este escurridor me ha hecho mucha ilusión. Así no tengo que escurrir las hojas salpicándolo todo. Pero más ilusión me ha hecho comprobar que este escurridor está hecho para zurdos. Qué maravilla poder hacer algo con la mano izquiera sin que parezca que voy al contrario de la mayoría de los mortales. No sé, quizá con este nuevo cacharro me aficione a tomar más verduras...
jueves, 13 de mayo de 2010
Lolita
Hace bastante tiempo que me compré el libro de Nabokov, Lolita. Era uno de los que tenía pendientes de leer en mi estantería. El otro día, hablando con mi amigo Raúl, salió el tema de Lolita y como lo que estaba leyendo en ese momento me aburría un poco, cambié de libro y comencé a leer el de Nabokov. Todavía no llevo mucho pero me está gustando bastante. Es muy ágil y cuenta el tema de tal manera que es difícil desengancharse si no es porque hay que dormir para estar descansada al día siguiente. Lo que más me está llamando la atención es lo curioso que es hasta dónde puede llegar la obsesión humana...
jueves, 6 de mayo de 2010
Tiritas de Caillou
Hace unos días me corté con un cuchillo dos dedos de una mano. En lugar de cortar el salchichón, el cuchillo se desvió hacia otro tipo de carne. Aún se abren los cortes si no los tapo con las prácticas tiritas, las de toda la vida. Agotadas todas las que tenía en casa, ayer mandé a mi hija que me comprase una caja y cuál fue mi sorpresa cuando veo que se presenta con unas tiritas de colorines y con la imagen de Caillou, el de los dibujos animados y alguna que otra cación. Al preguntarle a la niña el motivo por el que había comprado esas tiritas -que yo no tenía ni idea de que existían- me contestó que así, al mirarlas, me pondría contenta y me dolería mucho menos. Son cosas que se le suelen decir a los crios y me imagino que estas tiritas están hechas con esa intención. En mi caso, dolerme menos no sé, pero la mar de alegres sí que tengo los dedos...
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