martes, 15 de abril de 2008

Intento de arreglo casero

Hoy, cuando he llegado a la biblioteca, he visto que mi brasero tiene un cable suelto y no funciona. Mientras hay calefacción el brasero no lo necesito mucho pero como soy muy friolera y los radiadores ahora se apagan a las 12, mi braserito es la salvación. He querido hacer de McGuiver ante la mirada de sorpresa de las señoras de la limpieza y con unas tijeras he pelado los cables y he intentado destornillar el tornillo para enrollar esos cables en su sitio. Pero no es tan fácil, señores. El tornillo está corrido y no hay forma de destornillarlo. Sólo da vueltas y vueltas como la cabeza de la niña de El exorcista. Al final he decidido que, en este caso, no sirven mis intentos de arreglos caseros y he tenido que seguir la característica burocracia de la administración: llamar al ayuntamiento para que me pasen con el departamento de obras, esperar con la musiquita, preguntar por el encargado, esperar que se ponga al teléfono, decirle lo que me ha pasado para que avise al electricista y, por supuesto, esperar no sé cuántos días sin mi braserito hasta que este técnico pueda acercarse a arreglarlo. En fin, todo sea por paciencia.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Vaya, vaya; así que bibliotecaria-electricista… Cuando leía tus “reflexiones técnicas" estaba sonriendo pensando en la escena, pero sobre todo porque ésa era mi anterior profesión: instalador electricista, un bonito trabajo que me gusta tanto como el de bibliotecario.
En cuanto a la presentación de vuestro Anuario intentaré estar el 23 en la Biblioteca Nacional. Lo tengo un poco difícil porque entro a trabajar a las 2 de la tarde, pero me gustaría ir para ver vuestro trabajo y saludaros a Raúl y a ti.
Un abrazo.

María Antonia Moreno dijo...

Parece que, igual, voy acompañando a Flory a la presentación de vuestro Anuario...
¡Hasta muy pronto!

Anónimo dijo...

Para que luego digan de las mujeres.
Así me gusta, que seamos eficientes y autónomas... aunque al final te tengan que enviar al electricista, pero al menos lo has intentado.
Te daré un poco de envidia y te diré que por Málaga hace muy buena temperatura; no necesitamos de braseros ni estufas; aumque para serte franca, en el interior del colegio hace varios grados menos que en la calle debido a las corrientes y a lo mastodóntico de nuestro centro. Pero en la calle se goza de una temperatura espléndida y de unos días bastantes soleados.
Es una pena que el día 23 caiga el miércoles. Si hubiese sido un sábado no hubría dudado en plantarme allí en el AVE y asistir a tan esperado acontecimiento: la presentación del Anuario.

Anónimo dijo...

Gracias a todos por vuestro interés en asistir a la presentación del Anuario. Nos encantaría contar con la compañía de los amigos pero sabemos que es un día difícil. De todas formas, aunque no sea físicamente, será como si estuvierais allí, aunque sea en la mente.