martes, 3 de junio de 2008

Más valor que el alcoyano

A mí siempre me ha gustado muchísimo conducir. De hecho, cuando me saqué el carné con 18 años, recuerdo que ese día fui la mujer más feliz de la tierra. Y más tarde, cuando me compré mi primer coche y venía e iba sola a Madrid los fines de semana me encantaba. Creo que esa afición la ha heredado mi hija, a la que hace tiempo que enseñé a conducir en el campo (pero sin pasar de segunda, ¿eh?). El domingo por la tarde estuvimos las dos otra vez haciendo prácticas con el coche, y lo hace muy bien, pero se ha enganchado de tal manera que no deja de darme la lata porque quiere volver a conducir. He de decir que no sé si será porque a mí me gusta mucho pero me alegro de que mi hija, con 11 años, tenga ese interés por aprender a manejar un coche, aunque reconozco que tengo más valor que el alcoyano...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sí que tienes valor, chica. ¡Con sólo 11 años y ya haciendo prácticas al volante!
La verdad es que supongo que si mi padre me lo hubiera propuesto alguna vez, igual hubiera hecho alguna práctica, creo que incluso antes de los 11. Siempre fuí y sigo siendo una amante del volante. Recuerdo que también me hizo ilusión cuando a mis 19 años me saqué el carné, aunque tuve que tenerlo guardadito durante 6 largos años porque no tenía coche para conducir y mi padre como que no me lo prestaba. Tras esos 6 años sin conducir para nada tuve la valentía de traerme el que fue mi primer coche, desde mi pueblo, que está en la provincia de Córdoba, a unos 135 km de Málaga. Fue toda una aventura que no olvidaré nunca.
Ahora que mi sobrino se ha sacado el carné de conducir, a sus 23 años, entiendo que esté loquito por coger un volante entre sus manos y conducir. Aún no me ha pedido el coche, pero pensar que algún día me lo pida me pone nerviosa, porque el miedo a que le ocurra algo me puede. No quisiera hacer con él lo que mi padre hizo conmigo durante esos 6 años en los que, para mi, conducir era la mayor ilusión que no veía hecha realidad. (Pero es que me da mieeeeedooooooooooo, y eso no puedo evitarlo).
Espero que tu hija no pierda esa afición y sobre todo que siempre tenga presente el sentido de la responsabilidad al volante.

Anónimo dijo...

Nada Valle, animarte a que se te quite el miedo y dejes a tu sobrino practicar con tu coche varias veces y cuando veas que más o menos controla, pues se lo dejas un par de horas.
Eso sí, nada de cogerlo por la noche para irse de copas con los amigos.

Y Conchi te animo a seguir conduciendo con tu hija. Además de enseñarle algo práctico, te ganas más su confianza y disfrutáis juntas del placer de conducir y de la libertad que esto produce: no depender de nadie para desplazarte.
Hoy os tengo que decir que estoy muy contenta: fui de excursión con 91 niños de 1º de ESO al pantano de El Chorro. Y aunque ahora estoy molida y no puedo con mi alma _salimos a las 9.20 y hemos regresado al colegio a las 21.00h-
hemos regresado sanos y salvos.
Los chicos se lo han pasado bomba y se han portado genial.
Han disfrutado de lo lindo con las piraguas, la tirolina, el rápel, el puente tibetano, el senderismo, el tiro con arco.
Ha sido una espléndida jornada de convivencia.
Y como tú con tu hija: la experiencia de conducir un coche os une y acerca más, el hecho de que los profes nos relacionemos con nuestros alumno fuera del aula, nos acerca aún más.
Ha sido una experiencia muy positiva, aunque llevaba una semana con el alma en vilo y durmiendo muy intranquila ante el temor que ocurriera algo.
Finalmente, todo ha salido muy bien.
Mañana me pasaré por las clases, felicitando a todos los alumnos su buen comportamiento.