martes, 1 de julio de 2008

Bibliopajarería

No sé si he comentado alguna vez que la biblioteca está rodeada de cristales y que el sol, desde que sale, pega en esos cristales, por lo que venir a trabajar en verano es como sentarse en el interior de un invernadero. A veces pienso que el arquitecto debía ser escandinavo y no tenía conocimiento de las temperaturas que se pueden alcanzar aquí en esta época de año. El caso es que los únicos cristales que se pueden abrir están muy altos y siempre tienen que venir dos obreros con una escalera para abrirlos y así impedir que nadie muera de asfixia. De vez en cuando, por esas ventanas abiertas, se cuela algún pajarito pero lo de ayer (y creo que hoy vamos por el mismo camino) fue exagerado. La biblioteca parecía una pajarería y cada uno cantando de una manera diferente ni les cuento. Se desorientan porque no saben dónde está la salida y aquí me tienen corriendo por toda la biblioteca intentando espantarlos hacia el techo para que encuentren la ventana y puedan salir. Hoy he entrado a trabajar y el ambiente es parecido a lo que debe ser la casa del conde Drácula pero en lugar de murciélagos volando lo que hay son pajaritos. Creo que voy a dejar que correteen a su aire y se posen donde quieran, así tengo nueva compañía...

4 comentarios:

Anónimo dijo...

conchi soy jose luis de oliva, cuando tengas organizado lo de los pájaros, haber si me puedes mandar en pdf lo de la historia del libro que hablamos en el curso. olivademeridabiblioteca@wanadoo.es

Beloca dijo...

Podrían hacerte una foto corriendo detrás de los pájaros y colgarla aqui en el blog, así te veríamos en una de tus sesiones de caza de la fauna ibérica.
Compañía seguro que te hacen y el canto seguro que es precioso y por lo menos es divertido ver a los lectores mirando los pájaros volando por la biblioteca.
Lo malo es que vayan depositando esos regalitos tan monos que suelen dejar y sobre todo si los dejan por las estanterias y los libros.
Lo único que te queda es llevarte un poco de pienso para pájaros y agua para que estén más cómodos.

José Manuel Ubé González dijo...

Eso sí que es animación a la lectura. La cogen "al vuelo".

Hoy cumplo un mes de traslado de biblioteca y estoy... "reventadisisisisisisisisimo".

¡Quiero vacaciones ya!

Anónimo dijo...

Me imagino la que se puede armar con los pajarillos revoloteando por la biblioteca.
En mi clase este año ocurrió en un par de ocasiones: se coló un gorrión por la ventana y los niños se alborotaron hasta conseguir cogerlo y sacarlo fuera.
Pero la verdad que estos episodios animan un poco y rompen con la rutina, así que bienvenidos sean esos pajarillos, así los lectores tienen nuevas anécdotas para relatar y se animan un poco: " lectura por todo lo alto o lectura de altos vuelos".