lunes, 29 de septiembre de 2008

Volver a empezar

Ya volvimos de Galicia. Cuando he entrado en la biblio me ha parecido que he faltado un mes como mínimo, y sólo han sido tres días. Este viaje a La Coruña ha servido para recordarme que fuera de estos muros hay cientos de bibliotecarios que con muy poco o con muchísimo no paran de hacer cosas con el fin de atraer a los usuarios hacia sus bibliotecas o vender este servicio como si fuera el mejor de cada pueblo o ciudad. Allí estuvimos Raúl y yo con un montón de gente, entre ellos Flori, María Antonia, Andrés, Hilario, Patricia, Glòria, Merlo, Pilar, Óscar, Joaquín... En fin, una reunión de casi 700 bibliotecarios donde una se da cuenta de que aunque trabaje sola en una biblioteca de pueblo en toda España hay personas que, a pesar de la distancia y el tiempo, siempre parecen estar ahí, acompañándote.

5 comentarios:

Beloca dijo...

La verdad que es bonito reunirse con gente con la que se habla solo por mail o por teléfono y poder ponerles cara por fin, a ese interlocutor.
Y más aun cuando se trata de un tocaño de trabajo y que comparte y sabe cuales son tus pesares y alegrias diarias.
Es bueno reunirse para poner en común ideas nuevas, renovar las viejas y tapar heridas que van socavando una buen realación, porque por muy bien que esté el correo o el teléono como el tú a tú no hay nada en esta vida y una mirada sigue valiendo más que mil mensajes.
Besos y feliz vuelta.

Anónimo dijo...

Me alegro de que todo haya ido bien y de que hayáis puesto vuestras ideas en común.
Es importante saber que a pesar de lo solitario que parezca a veces la labor del bibliotecario, sois una gran multitud y os une vuestra pasión por los libros y por darlos a conocer y compartirlos con el resto de los mortales.

Anónimo dijo...

me alegro de que el viaje haya resultado un éxito y aunque no dices nada en tu chispa, confío en que ,además de disfrutar con los amigos y conocidos de allá , te hayas acordado de los de acá y vengas con alguna botellita de buen orujo gallego o al menos un albariño - riberio también vale- para acompañar el disfrute de esos mariscos que, espero, habrán viajado contigo

Anónimo dijo...

Gracias, Belén y Amaya, por vuestros comentarios. Veo que no soy la única que piensa de la misma manera.

Y usted, Agnetta, no se preocupe porque sí me he acordado de los de acá. No he vuelto de este viaje con vinos o licores pero sí con Suspiros de Santiago, para la noche del día 11...

Besos.

María Antonia Moreno dijo...

Lo cierto es que uno de los placeres de los congresos son estos encuentros...
Un besazo