Lo que hace tener 15 años. No, no es que haya perdido un poco la cabeza y a estas alturas crea que tengo esa edad. Se trata de mi sobrino Carlos, con el que suelo dar paseos a menudo. Bueno, más que paseos son carreras contra reloj. Me lleva gargueando como se suele decir aquí y muchas veces tengo que agarrarme a él porque no logro ir a su paso. Anoche fue la última vez y llegué a casa sudando mientras él estaba como una rosa. Eso sí, hoy me encuentro muy bien y esta tarde repetiremos, por supuesto.
2 comentarios:
No son los años... es el fondo. Tendrás que hacer más ejercicio, compañera, que te tiras muchas horas sentada en la biblio, jejeje
Es verdad que me tiro horas sentada no solo en la biblio sino en mi casa, Eusebio. Y seguiré tu consejo de hacer más ejercicio, que se nota... Aunque no sé si cuando esté más entrenada podré hacer los cuatro kilómetros que recorremos mi sobrino y yo en menos tiempo (ahora tardamos 33 minutos).
Un abrazo.
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