El título de esta entrada no se refiere a que tenga un ratón en mi casa (o no creo que lo tenga) ni a ningún ratón de biblioteca, que haberlos haylos. Con El ratón me quiero referir al ratón del ordenador, ese que sin darnos cuenta nos está royendo los huesos poco a poco a todos los que pasamos horas con él. Pues bien, ayer la fisioterapeuta me dio la solución para no tener que sufrir más con los ratoncitos, ya sean inalámbricos o con cable y es que debería colocar el ratón en la pierna para no elevar el brazo ni un milímetro. A partir de hoy mi ratón cambiará de ubicación...
4 comentarios:
Estaba desayunando mientras leía tu blog y el recordatorio del ratón ha sido un buen tirón de orejas. Tengo que forzarme a hacer lo mismo, bajar el ratón y no subir yo el brazo.
Pues es que yo aunque quiera, no puedo... tengo las piernas demasiado bajas y la mesa demasiado alta. En épocas, la muñeca se inflama y pareciera un bola de pimpon... ays y eso que parecía inofensivo el ratón....
Buenos días y un beso
Pues María Luisa, acuérdate de mi brazo cada vez que cojas el ordenador y verás como no se te olvida.
María Antonia, ¿no tienes una silla regulable? Inténtalo, verás cómo se nota el descanso en la mano y en el brazo.
Besos.
Conchi.
Pues María Luisa, acuérdate de mi brazo cada vez que cojas el ordenador y verás como no se te olvida.
María Antonia, ¿no tienes una silla regulable? Inténtalo, verás cómo se nota el descanso en la mano y en el brazo.
Besos.
Conchi.
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