Aunque no sea una verdadera chispa de la mañana (y por ser viernes) sí voy a contar la historia de mi reloj de cuco, sobre todo por lo aliviada que voy a quedar a partir de hoy. Les cuento: desde pequeña siempre me han gustado mucho ese tipo de relojes, me llamaba la atención ver al pajarito asomándose por la ventanita. De hecho, muchas veces me iba a casa de una vecina, que tenía un reloj de estos en la pared del salón, sólo para ver cómo daba las horas. Pues bien, hace cosa de un año un cuñado mío me trajo un reloj de cuco de Suiza (qué cuco). Me hizo muchísima ilusión y lo puse en el salón de mi casa. Igual que cuando era niña, miraba mi nuevo reloj cada vez que daba las horas para ver el famoso pajarito. Pero todo esto tiene un inconveniente y es que hay que tirar de las pesas todos los días para que el reloj no se pare. Así, todas las mañanas, me dedico a este menester, hasta hoy. No se imaginan ustedes qué trabajo supone tener que acordarse todas las mañanas de tirar de las pesitas (sobre todo cuando vas con prisas) porque si te olvidas ya sabes que debes poner el reloj en hora de nuevo y, por supuesto, tirar de las pesas. Era un sinvivir. Por fin hoy he decidido dejar el reloj como un adorno para no tener que estar pendiente de darle cuerda. Qué alivio...
Y aprovecho también esta entrada para agradecer a todos los que leen y escriben comentarios en este blog. Es una maravilla, no sólo por ver que hay amigos que están interesados en saber qué chispa de cada mañana puede hacer que tengas un día feliz sino por las nuevas amistades que se pueden hacer. Gracias.
5 comentarios:
A LO MEJOR ES QUE TU BLOG ES EL RELOJ DE CUCO Y TU EL PAJARITO QUE SALE TODAS LAS MAÑANAS Y QUE NOS GUSTA VER A TODOS.
UN ABRAZO.
Siempre me han parecido enigmáticos los relojes de cuco.
Eso de ver al pajarito asomarse cada hora y el soniquete de rigor tiene su encanto.
Pero claro, quizás durante todo el
día sea una lata; y sobre todo lo de las pesas dichosas.
En casa de mi tía había uno de esos relojes. Pocas veces visité la casa de mis primos, porque ellos vivían en Guipuzcoa y yo en Málaga. Pero me hacía gracia ver y oír el cu-cú.
Ese reloj se lo habían regalado unos primos relojeros. Relojeros de toda la vida. Ya entonces esos primos de mi madre tenían noventaitantos años; y eran del gremio de relojeros. Fabricaban relojes de pared y de esos del cu-cú.
Aunque simpática la imagen del pajarito asomándose desde su casita, también debe ser una lata, y además estresante, el que te esté recordando cada hora el paso del tiempo.
Hiciste bien en dejarlo como mero elemento ornamental.
Anoche leí tu post "El reloj de cuco". Y esta mañana escuché en la radio el famoso bolero "Irremediable"
Reloj, no marques las horas
porque voy a enloquecer
ella se irá para siempre
cuando amanezca otra vez
nomás nos queda esta noche
para vivir nuestro amor
y tu tic-tac me recuerda
mi irremediable dolor
Reloj no marques las horas
porque mi vida se apaga
ella es la estrella
que alumbra mi ser
yo sin su amor no soy nada
Detén el tiempo en tus manos
haz esta noche perpetua
para que nunca se vaya de mí
para que nunca amanezca.
Me ha parecido oportuno copiar la letra de internet para continuar con la reflexión sobre el paso del tiempo y el tic-tac del reloj. Bueno, en este caso el cu-cú del reloj.
Después del comentario del hombre en la playa no tengo más que añadir.
Sólo que yo tuve el mismo caso que tú.
En el viaje de COU fuimos a Suiza y me compré un pequeño reloj de Cuco y era una pesadez tener que estar dándole cuerda, porque el mío era de cuerda no de pesas, era más cutrecillo.
Me pregunto si habrá alguno a pilas sería la solución ideal.
hola buscando un reloj de cuco en llegado aa tu blog,esta muy bonito sigue asin un besote
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