Durante toda la semana he ido anotando los comentarios que han ido haciendo varias personas sobre la biblioteca o sobre las actividades que se llevan a cabo. Hoy, leyendo todos esos comentarios no he tenido más remedio que pensar que este trabajo silencioso merece la pena. Aquí van algunos de esos comentarios:
- ¿Cuando me va a tocar a mí?, me decía una maestra que aún está esperando que vaya a su clase con el kamishibai.
- Para sacar una receta que he visto en un libro de ahí abajo, ¿tengo que pagar algo?
- Me he emocionado, fueron las palabras de una chica rumana cuando le hice el carné de la biblioteca.
- ¿Haces magia?, me preguntó al oído un niño de cinco años al terminar de contar un cuento.
- ¡Qué bien, libros de Sherlock Holmes!, fue la reacción de una chica de 4º de ESO durante una visita en grupo del pasado miércoles.
- No me gusta leer pero me he enganchado con un libro que tenías en la mesa y me lo he llevado a casa, me dijo una de las personas que atienden la biblioteca por la tarde...
¿No es para estar contenta?
3 comentarios:
Sin duda.
Disfruta ahora del fin de semana, Conchi.
Desde luego que debes estar contenta y orgullosa de tu trabajo.
Es un trabajo silencios pero que poco a poco va calando, sobre todo en aquellos niños que empiezan a disfrutar de la lectura. Y si además tienes la suerte de escuchar esa serie de comentarios, eres una afortunada.
Así que a seguir disfrutando de tu noble labor de bibliotecaria.
Son esos pequeños comentarios de las personas que reciben tu labor las que hacen que uno siga trabajando y te roben una sonrisa al corazón. Sigue haciendo lo que haces porque me rece la pena.
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