miércoles, 9 de abril de 2008

Como quien oye llover

La expresión que da título a esta entrada se suele utilizar en el lenguaje popular para referirnos a algo que es indiferente, frío o inexpresivo. Sin embargo yo la voy a usar hoy para referirme a lo agradable que es ese sonido, el de oír llover, el ruido del agua. De hecho me encanta escuchar la Música de los elementos, basada principalmente en ese tipo de sonidos relajantes. Y es que aquí ha estado lloviendo toda la noche y les aseguro que, acostada, ha sido un placer oír llover. Lástima que estos placeres últimamente no sean tan frecuentes.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

A mí no sólo me encanta el sonido de la lluvia, sino también ese olor a tierra mojada que se respira tras un largo periodo de sequía.
A pesar de que los alumnos están más nerviosos que de costumbre, e incluso yo diría que algo insoportables, es necesario que siga lloviendo. Necesitamos ese agua del cielo para, no solo limpiar la atmósfera, sino regar nuestros campos, nuestras cosechas.
La lluvia es un placer para nuestros sentidos y un elemento de la naturaleza necesario para nuestras vidas.

José Manuel Ubé González dijo...

El sonido de la lluvia y el de la tormenta son mis preferidos. Aunque eso, Conchi, ya lo sabes.

Un abrazo.