martes, 24 de junio de 2008

Los libros rollo

Últimamente llega un jovencito a la biblioteca casi al mismo tiempo que yo. Siempre viene con una mochila negra y se coloca en la parte de abajo, donde yo no puedo verlo. Es muy tímido pero todas las mañanas da los buenos días con una sonrisa preciosa (una especie en extinción, desde luego). Hoy, como bibliotecaria cotilla, he bajado para ver qué está estudiando ¿y saben lo que hace? Jugar con un ordenador portátil. Como en la biblioteca hay wifi, qué bien. Le he preguntado en qué curso está y me ha dicho que ha terminado 3º de ESO pero que ya no se preocupa de si aprueba todo o no porque esta harto de que lo suspendan por las faltas de ortografía. He intentado convencerle (o más bien persuadirle) de que ese problema se puede solucionar leyendo mucho pero con las lecturas obligatorias de este año parece que ha quedado más que satisfecho y escarmentado. Los libros son un rollo, me dice. No voy a insistir por ser el primer día que hablo con él pero haré lo posible por quitarle de la cabeza esa idea de libros rollo y lectura obligada.

5 comentarios:

José Manuel Ubé González dijo...

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Anónimo dijo...

Cada vez es más difícil conseguir que los chavales se interesesn por la lectura. Y es que ese hábito debe venir adquirido desde la más tierna infancia.
Los grandes lectores de cuento, son en el futuro, grandes lectores de novelas.
Como siempre, la educación lectora debe ofrecerse como se ofrecen a los bebés los biberones.
Si conseguimos que nuestros niños de infantil se interesen por los libros, nuestros adolescentes se aficionarán a las lecturas de aventuras y de misterios.
Así que como es habitual, los cimientos son la base de una buena afición a la literatura.
También, a veces, los mayores, y más concretamente los profes de Lengua y de Literatura, no sabemos coger buenos títulos que enganchen y entusiasmen a nuestros alumnos.
Es difícil que sigan nuestras recomendaciones y, en muchas ocasiones, mandamos verdaderos bodrios como lecturas obligatorias, auténticos rollos intragables que desesperan a nuestros jóvenes, que se hallan inmersos en el mundo de la teconología; y muy lejos del mundo de los libros y de la literatura.

Sarashina dijo...

Yo creo que el profesorado de lengua y literatura tenemos buena parte de culpa en todo esto. No lo achaco tanto a las nuevas tecnologias. Aparte lo de los bodrios, que tienes toda la razón, es que nuestra actitud ante la lectura no es la correcta. Si lo planteáramos como un espacio de libertad y de conocimiento, si los acercáramos de otro modo, seguro que las criaturas se interesarían más. A veces nos parece que leer con ellos en voz alta, que dedicar tiempo a eso, es como perder programa, tiempo de que aprendan sintaxis, por ejemplo. Siempre me ha parecido absurdo eso, la verdad. No sé qué opinaréis al respecto.

Anónimo dijo...

Mi hijo tiene esa misma edad. No sólo piensa que leer es un rollo, sino que los que leen son unos frikis. Hasta los diez u once años leia muchísimo, ahora le mencionas un libro y es como si le propusieras someterlo a tortura... le ha quedado Lengua y Literatura, y me he propuesto hacer de profe particular para que apruebe en septiembre y, si hay suerte, redescubra el placer de leer... ¿seré un iluso?

Anónimo dijo...

Pues claro que los libros son un rollo. ¡No leáis, jóvenes del mundo! (los niños sí, que son muy latosos y así se entretienen) no leáis en esa edad en la que empezáis a cuestionarlo todo, seguid así, que os cueste trabajo leer los manuales de instrucciones de la videoconsola, la garantía del portatil que os acabamos de vender sin el sofware al que teneis derecho,(luego os lo cobraremos aparte) Los libros son un rollo, leer es un rollazo, buscad un trabajo que os de dinero para gastarlo. La mano de obra sin cualificar es más barata. Hay que obligar a que lean para que aborrezcan la lectura. Cada lector es un enemigo en potencia del sistema consumista global y el adocenamiento de la inteligencia.