No sé si alguna vez he contado que en la cocina de mi casa tengo una radio muy antigua, de esas que también salen en la casa de la familia Alcántara, en Cuéntame cómo pasó. Era de mis abuelos y, la verdad, le tengo mucho cariño. Aunque hay que orientarla de vez en cuando y ponerle unos papelitos entre los botones para que funcione, no se escucha del todo mal y la suelo poner mientras me tomo el café o desayuno los fines de semana. Pues bien, lleva unos días fallando más de la cuenta y yo creía que eran los síntomas de sus últimos días de vida, pero no. Se la llevé a mi padre, que lo arregla todo, todo, todo (como en el anuncio) y me dijo que eran las pilas, que estaban agotadas. Estas pilas son de petaca, de las grandes, y me ha costado un poco encontrarlas pero por fín he dado con ellas y mi radio de la época de los Beatles me sigue dando compañía. Espero que por mucho tiempo.
4 comentarios:
¡ Qué suerte haber podido arreglarla!
Aún recuerdo con nostalgia la radio que tenían mis padres en su dormitorio; era una reliquia, pero ya pasó a mejor vida.
Mis padres siempre tenían la radio puesta a todas horas, incluso de noche.Eran radio-adictos: una buena adicción.
Yo siempre he dormido en mi habitación rodeada de trastos viejos. Mi cuarto era donde iba a parar todo lo que no servía, libros antiguos, pilas, barajas de cartas, radios, cintas de cassette (que recuerdos cuando grababa las canciones de la radio y luego al oirlas se escuchaba al locutor presentandola)y yo.También una radio de mi abuelo de la guerra de esas grandes que tenían bombillas y todo por dentro. No recuerdo que funcionara nunca y yo siempre la quería tirar pero ahora me alegro de no haberlo hecho. Mi abuelo me contaba que escuchaban las noticias de la guerra muy flojito fuese a enterarse alguien que no debiera. Eran otros tiempos. Tal vez algún día pueda arreglarla.
Buenas tardes Conchi, hoy para celebrar que cumplo un año más he decido navegar por tu blog y disfrutar de los comentarios que surgen todos los días "normales" de nuestra vida y parecer así que estamos tomando un café comentándolos.
Ya veo que muchos tienen cariño a los aparatos de radio...
En cuanto a ti, Anónimo, no sé quién eres pero ¡Feliz cumpleaños!
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