martes, 29 de septiembre de 2009

La importancia de la señalética

Este fin de semana lo he pasado fuera de Azuaga. Sí, romper con la rutina de vez en cuando ayuda a empezar la semana con las fuerzas renovadas. Y si encima en esas escapadas ves cosas que te hacen sonreír, mejor que mejor. Eso es lo que pasó el sábado, que entré en el baño de un bar y no encontraba el interruptor de la luz, hasta que por fin di con él, ¿y cuál fue mi sorpresa? Pues que ese interruptor estaba más que indicado, aunque de forma un tanto rústica, eso sí. No pude controlar la risa cuando vi la indicación una vez que ya había encendido la luz porque antes, a oscuras, era un tanto difícil, y si no miren la foto...

2 comentarios:

Amaya dijo...

La verdad que está bien camuflado, aunque en muchos sitios se ven aún esta serie de cutrerías.
Pero lo que más gracia me hace es que captaras con tu cámara este detalle y es que la verdad es una chapucilla.

Y hablando de desconectar, me voy dentro de unas horas a Londres 10 días con un grupo de 22 chavales de 14 años. No sé si desconectaré, pero al menos romperé con la rutina.
Y es que la última semanita para mí se queda, con todos los preparativos...
Ya os contaré si veo algo anecdótico como lo de tu foto o si corremos alguna aventura digna de mención.

beloca dijo...

La verdad es que es gracioso el detalle de señalar la luz para que el cliente que entre pueda saber, nada mas entrar, donde dirigirse para encontrar el interruptor, lo malo es que seguro que el día anterior se les acabó el rotulador fluorescente, una pena.
Y lo más gracioso es que le hicieras una foto. Yo tengo una de un bar, no es de señales pero me hizo la misma gracia y creo que tengo la foto guardada.
Es en un bar de Málaga se y lo gracioso está en la carta del bar escrita con tiza en un pizarra en una pared:

Arroz
Pollo
Albóndigas
etc...
Croquetas (de vez en cuando)

Dio la casualidad que el día que yo fui había y las croquetas de vez en cuando están muy buenas, bueno todo está delicioso la verdad, pero nos gustaron mas las croquetas por las risas que tuvimos mientras las comíamos.

Son cosas cutres, sí pero te hacen sonreír, y eso a veces vale más que
un cartel típico comprado en cualquier sitio.

PD. Hola Amaya, me alegra leerte, espero que el viaje no sea muy cansado y que te lo pases bomba con los niños, porque con ellos puede pasar cualqueir cosa.

Besos