Desde hace unos años guardo un reloj de muñeca bastante antiguo. Este reloj es de cuerda pero no funcionaba y tampoco tenía correa. Hace unas semanas me decidí a arreglarlo creyendo que lo más sencillo sería encontrar una correa y lo más difícil sería arreglarlo, pero ha sido al contrario. El arreglo fue rápido pero la correa ni les cuento. Resulta que el reloj es todo una pieza por lo que la correa debe ser especial ya que no se pueden quitar las trabillas. He buscado por todas las relojerías habidas y por haber y no he encontrado una correa así. Pero no me rendí y he acudido a un zapatero para que me haga una expresamente para este reloj. No se imaginan las visitas que he podido hacerle a este señor que no me dice que no puede hacérmela pero tampoco me dice que sí. Su frase favorita es: Sí, pero es que... seguida de un problemilla nuevo cada vez que voy. Por fin anoche, para facilitarle el trabajo, le llevé un trozo de piel de ternera que conseguí en una tapicería y hoy le llevaré una hebilla de otra correa, a ver si ya no me dice eso de Si, pero es que...
martes, 27 de octubre de 2009
viernes, 23 de octubre de 2009
¿Y tú de dónde eres?
La pregunta que da título a esta entrada -y que no debemos confundir con la canción que decía eso de ¿y tú de quién eres?- es la que me hicieron ayer en la biblio. No tendría más misterio si no fuese porque aún me río cuando me acuerdo de la anécdota que hubo tras la pregunta. Mientras atendía a un usuario que no conozco me llamaron por teléfono. Estuve hablando unos minutos con la persona que me llamó y cuando colgué el usuario me hizo la famosa pregunta: ¿Y tú de dónde eres? Entonces yo me quedé un poco pensativa y al final comencé mi respuesta diciéndole que no sabría muy bien... Cuando dije esta última palabra el usuario me interrumpió pidiéndome disculpas creyendo que yo lo había tomado por un cotilla y que no era esa su intención, solo le había llamado la atención mi acento. Entonces empecé a reírme hasta que le expliqué que lo que quería decirle era que nací en Azuaga pero que ese acento como él decía no sabría muy bien de dónde podría ser puesto que había vivido en varios lugares diferentes y sería una mezcla de todos esos sitios. Mi usuario se tranquilizó un poco y todos tan contentos: uno enterado y la otra sonriente con las cosas que nos pasan en la biblioteca. Para que luego me pregunten si no me aburro aquí...
martes, 20 de octubre de 2009
Exposición en la casa de la cultura
No sé si alguna vez he dicho en este mi blog que entre otras muchas cosas colecciono marcapáginas. Empecé hace bastante tiempo recogiendo algunos que me llamaban la atención y terminé por guardarlos todos, incluso cambio los repes con coleccionistas de otras ciudades como si fuesen cromos. Cada vez que voy a una librería pregunto si tienen algunos o bien me los trae Raúl cada año de LIBER donde, cómo no, hay miles. Ahora he prestado unos ochocientos de esos marcapáginas para exponerlos en el salón principal de la casa de la cultura. Esta mañana los he visto colocaditos en vitrinas y casi no los he reconocido. Qué bonitos quedan con esa luz enfocándolos sobre el cristal y la madera. Hasta los más simples ganan belleza junto a los más originales. Espero que a la gente le guste esta exposición igual que me ha gustado a mí...
Nota: después del interés que tienen Belén y Valle por ver cómo ha quedado la exposición aquí pongo algunas fotos como muestra. Por ahora le gusta mucho a la gente aunque solo me lo dicen los que tienen más confianza conmigo como mi amiga Emilita y algunas más...
martes, 13 de octubre de 2009
Dewey Lee Más Libros
Este fin de semana he comenzado a leer un nuevo libro. Se trata de Dewey Lee Más Libros, pero no crean mis compañeros bibliotecarios que se trata de nuestro conocido Melvil Dewey, de los Dewey de toda la vida. Se trata de un gato que encuentran en el buzón de devolucines de una biblioteca, su nuevo hogar, y que logra, entre otras muchas cosas, calmar las asperezas que existían entre bibliotecarios y fidelizar clientes gracias a la amabilidad, la entrega y el cariño que va mostrando tanto ante trabajadores de la biblioteca como a usuarios. Un buen ejemplo a seguir aunque no tengamos que recurrir a los gatos en la biblioteca, sobre todo para los que somos alérgicos...
martes, 6 de octubre de 2009
Un lustro desaparecido
Alguna que otra vez hemos publicado en la revista Mi Biblioteca noticias sobre la devolución de libros a bibliotecas tras varios años en manos de los usuarios. Cuando leía esas noticias me parecían curiosas y me llamaban la atención porque casi no entendía cómo podía ocurrir algo así, que una persona se retrasase años en devolver un libro. Pues bien, nunca se puede hablar. Ayer me devolvieron un libro que estaba prestado desde hace cinco años. Pero no crean que ha sido por dejadez y por falta de llamadas y cartas de reclamación, que han sido muchas y con las que mi usuario se hacía el longui. Ya lo daba por perdido y, encima, se trata de una obra descatalogada que no podía reponer. Claro que, contra estos "sucesos" topamos con la paciencia de los bibliotecarios... Este usuario moroso volvió a la biblioteca me imagino que creyendo que yo me había olvidado del libro, pero no fue así. En cuanto puso los pies aquí se lo reclamé pero, eso sí, pidiéndoselo por favor, contándole que estaba descatalogado y argumentando que ese libro era muy solicitado. No sé si sería remordimiento o un poquillo de vergüenza pero ayer vino con el famoso libro desaparecido.
viernes, 2 de octubre de 2009
Vuelve a casa, vuelve
Ya hace unos meses que mi ordenador de la biblioteca murió. Un día lo quise encender y no había manera. Por fin, el 27 de julio vinieron de la Junta para llevárselo y me dijeron el diagnóstico: se le había ido la placa base. Desde entonces trabajo con el portátil que todos los días llevo y traigo de casa, igualito que los estudiantes que suelen venir a la biblio. Después de mucho insistir preguntando dónde estaba mi ordenador y cuánto tiempo tardarían en arreglarlo, ayer me avisaron de que hoy lo traerían. Ya estoy impaciente, sobre todo porque a partir de ahora no tendré que cargar con el ordenador de un lado a otro y siempre pendiente de que no se me olvide. Lo espero como las familias esperan a sus hijos en Navidad, igual que en el spot, pero en este caso en octubre...
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