viernes, 4 de diciembre de 2009

Silencio, por favor

En muchas bibliotecas podemos encontrar carteles parecidos a los que hay en los centros de salud para que intentemos guardar silencio. En mi biblioteca también tengo algún que otro cartel de ese tipo pero hace un tiempo que he comprobado cuál es el mejor método para que esto no se convierta en un parque de atracciones. Sí, casi todos los días viene una mamá con su bebé dormido como un angelito dejando el cochecito justo a la entrada de la biblioteca mientras ella está un rato consultado internet. Cualquier persona que entra en la biblioteca lo primero que ve es al bebé y sin decir nada cierran la puerta con cuidado para no hacer ruido, me hacen señas para que yo sepa que van a hablarme muy bajito... Vaya, que todos los días espero a este bebé que sin necesidad de decir nada y en un solo segundo consigue mucho más que yo en años.

4 comentarios:

Chiqui Abreu dijo...

Cada día aprendemos algo, un bebé con su mayor herramienta -la ternura- logra transmitir su paz, al punto de mantener en silencio la biblioteca.
Un invitado de honor, sin dudas!!
Besos,
Chiqui.-

Amaya dijo...

¡Lo que no consiga un bebé !
Vaya, Chiqui lo ha explicado perfectamente.
Saludos.

Antonio R. Fenutría dijo...

¡Hola! Conchi:
Trasteando por ahí te encontré y me gustó tu forma de explicarnos cosas, gracias por compartirlas; pero además me emocionó al comprobar tu biografía, mi abuela también nació en Azuaga, aún no he podido conocerlo, estoy en ello. Además tu profesión, mejor dicho donde la ejerces,se ha convertido en mi lugar de "vicio" favorito.
Soy nuevo y estoy fascinado por todo esto.
Un abrazo.

Conchi Jiménez dijo...

Hola Chiqui y Antonio. Encantada de "conoceros" y de que podamos estar en contacto a través de este medio. ¡Gracias!

Un abrazo,

Conchi.