Móvil "nuevo"

Siempre he sido reacia a tener un teléfono móvil táctil y, de hecho, todos los móviles que he tenido hasta ahora tenían sus teclas, en relieve... Pero el último que he tenido ya me daba problemas, y eso que una vez se me cayó al agua y todo, pero resucitó. Ahora mi hija se ha comprado uno nuevo de no sé qué generación (ni entiendo de esto ni tengo mucho interés por entender) y me ha pasado el que tenía, táctil. Qué difícil es manejar un teléfono así cuando una está acostumbrada a "los botoncitos". Llevo con él menos de una semana pero creo que poco a poco le voy cogiendo el truquillo y ya lo voy dominando. ¿A que al final me aficiono a esto de los supermóviles?

Una copita de aguardiente

Algunas veces, cuando salgo a tomar un café con mi amiga Mari Carmen, coincidimos en el bar con otros conocidos de nuestra misma generación. Siempre nos encontramos a la misma hora y en el mismo sitio... Hoy, por ser viernes, nos hemos bebido todos una copita de aguardiente. Yo no suelo beber este tipo de cosas si no es en fechas señaladas como la Navidad así que todo puede ser que esta mañana en lugar de atender al público me dé por reír, que por otro lado tampoco estaría mal ¿no creen?

Bodas de oro de mis padres

Hace unos días mis padres cumplieron 50 años casados. Cuando llega un aniversario de este tipo no sabes muy bien qué les puedes regalar, así que pensamos en un viaje para toda la familia. Era un viaje sorpresa (hasta dos semanas antes mis padres no sabían dónde irían) por las islas griegas y Turquía, en un crucero. Volvimos el lunes pasado y, lo mejor, mis padres vienen encantados. Creo que han disfrutado muchísimo, no solo por lo que han visitado sino por estar durante varios días junto a toda su familia. Será un recuerdo para toda la vida.

Y aquí la foto con el capitán (o más bien el GRAN capitán) del barco...

Fiesta arrabalera

Para celebrar el 50 cumpleaños de Mari Rosi, una de las amigas de la pandilla, decidimos vestirnos de forma original. Como ya han sido varias la fiestas temáticas que hemos hecho, pocas alternativas nos quedaban para este cumpleaños. Pero si algo tiene esta pandilla es imaginación a raudales y ahí que se nos ocurrió vestirnos de arrabaleros. Incluso decoramos el espacio con unos cuadros de hace mil años, con aperos antiguos e incluso con dos gallinas y un galgo. Cómo disfrutamos riéndonos de nosotros mismos y cómo se divirtió la homenajeada (la primera en ese "tren" humano de la foto), que para nada se esperaba esta fiesta...

Fósiles regalados

Desde que tengo uso de razón me han gustado las piedras que tengan algo especial o un color llamativo. No es que tenga una colección organizada pero sí las tengo repartidas por diferentes rincones de mi casa. Anoche, mi amiga Anadeli, bióloga y amante de cualquier cosa que dé la naturaleza, me hizo un regalo precioso. Durante sus vacaciones ha estado en un lugar donde ha encontrado fósiles chulísimos. A simple vista parecen piedras normales y corrientes pero si te fijas bien se pueden apreciar los restos de conchas marinas. Colocaré esos fósiles en la estantería de esta habitación-estudio donde paso tantas y tantas horas. Aquí les dejo la prueba de ese regalo tan original...

La ruta de los patios

Después de ese largo invierno que hemos tenido creo que en mi pandilla hemos cogido el verano con más fuerza que nunca. Sí, lectores de este, mi blog... Como en invierno estamos poco menos que hibernando, ahora aprovechamos para estar todas las noches por ahí, pero no de paseo sino de patio en patio. Una de las ventajas de vivir en un pueblo es que casi todos contamos con una casa baja y, cómo no, con un patio. De este modo, por las noches hacemos la ruta de los patios, de casa en casa. El patio anfitrión debe poner el aperitivo y los invitados traer su nevera (azul, por supuesto) con sus bebidas. Al final terminaremos el verano con unos kilitos de más pero, ¿no merece la pena engordar un poco a cambio de pasar las noches más que agradables?

Mis alumnos de la UNIR

Terminó el curso en la Unir... Parece que no pero el tiempo pasa que ni te enteras. Empezamos el cuatrimestre en marzo y las semanas han corrido como la pólvora. Y aunque yo no puedo ver a mis alumnos (ellos a mí, sí) al final terminas "conociéndolos" y cogíendoles cariño. El estar cada uno en un sitio diferente parece frío, pero he comprobado que no es así, que incluso es casi más enriquecedor que si todos estuviéramos en la misma clase, viéndonos diáriamente. Eso sí, las caras nos las ponemos a la hora del examen, pero como no se puede estar en todos sitios a la vez, algunos de mis alumnos me han enviado una foto para que vea cómo y quiénes son. Espero algún día tomar una de esas cervezas con ellos en vivo y en directo para celebrar el fin de curso. Mientras, ¡gracias por la foto!

Viaje a Zaragoza

Anoche llegué a Azuaga tras pasar dos días en Zaragoza. Allá que me fui para impartir un curso a bibliotecarios. No puedo dejar pasar esta aventura en la ciudad maña sin agradecer cómo me han tratado allí. Me he sentido como en casa, entre personas que son receptivas, participativas y hospitalarias hasta decir basta. Ha sido como si las conociera de toda la vida... Espero haber dado la talla con estos bibliotecarios aragoneses a los que se les notaba a leguas que trabajan con ilusión y, sobre todo, con vocación. No puedo poner los nombres de cada uno de ellos porque no me dio tiempo a aprendérmelos pero desde aquí, GRACIAS A TODOS.

Alfredo Landa

Ayer murió Alfredo Landa. Cuántos no nos hemos reído con él viendo sus películas, con qué naturalidad actuaba. Esa naturalidad era justo la misma que percibí cuando hablaba con él por los pasillos del bloque donde, por casualidad, vivíamos los dos, allá en la Avenida Comandante Franco de Madrid. Una vez incluso le pedí un autógrafo para mis padres. Iba con las manos llenas de llaves y le costó firmar aquel papel, pero lo hizo con ese agrado que muestra en el cine. Cuando ya se iba se dio cuenta de que se llevaba el capuchón de mi bolígrafo y de repente se volvió diciéndome: estaba yo pensando que me sobraba algo y no sabía bien qué, ¡es tu capuchón! Y comenzó a reír a carcajadas. Descanse en paz...

Libro de Pessoa

Ayer estuvimos celebrando la Primera Comunión del hijo de unos amigos. Como esta familia vive en otro pueblo, a 150 km de aquí, toda la pandilla alquilamos un autobús para no tener que llevar tantos coches y celebrarlo sin tener que pensar en que había que conducir para volver a casa. Éramos 29 en total los que fuimos cantando aquello de "Ahora que vamos despacio, ahora que vamos despacio, vamos a contar mentiras ¡tra-la-rá!..." Y mira por donde, uno de los pasajeros de este autobús tan animado se encontró encima de su asiento un libro de Pessoa en portugués. ¿Y a quién se lo dio? ¡Exacto! A la persona que escribe en este blog. Y si cuento todo esto es porque parece mentira que trabajando entre libros y papeles continuamente me hiciera tanta ilusión que me regalasen este libro que algún lector despistado (o a lo mejor no tan despistado) dejó en el autobús. Cualquiera diría que no tengo ningún libro para leer y este ha venido como agua de mayo para cubrir esa carencia... Y encima está en otro idioma, con el que me veo aquí, luchando para poder entender lo que decía Pessoa en su lengua materna...

La primavera

Cómo se nota que ya ha llegado la primavera. Parecía que no iba a llegar nunca, pero por fin vemos el sol. Imagino que el sol es algo que todo ser viviente aprecia pero los que vivimos en el sur no solo lo apreciamos sino que lo necesitamos. Cómo se nota en las caras de la gente que ya parecen haber desaparecido las nubes, las nieblas, el frío, los días oscuros... Y cómo se nota también en la calle. Parece que todo el mundo quiere disfrutar de ese sol espléndido que tenemos, de esa temperatura agradable... ¿A que se nota? ¡Bienvenida la primavera!

¡Está nevando!

Hoy nos hemos levantado viendo una nueva imagen de Azuaga. Todo está blanco. Ya avisaban ayer de que nevaría por esta zona pero imagino que no éramos muchos los que nos lo creyéramos. Al final tenían razón y toda la noche ha estado nevando y nevando, y aún sigue... Qué diferentes se ven las casas y las calles. Para los que no estamos acostumbrados esto es la gran novedad. A ver si también es verdad que se cumple aquello de Año de nieves, año de bienes.

Todos los nombres

Hace unos días que me regalaron el libro Todos los nombres, de José Saramago. Hasta aquí todo sería normal si no fuese porque se trata de un regalo diferente. Ese libro pertenecía a alguien especial a quien le encantaba la lectura y solía firmar todos los libros que pasaban por sus manos, además de señalar fragmentos que le llamaban la atención por alguna razón que solo él sabría. Todos los nombres también cuenta con esas huellas que su antiguo dueño dejó y que intentaré analizar para ponerme en su lugar a medida que vaya leyendo el libro. De ese modo, aunque ya no esté, seguirá presente en mi mente. Y, por supuesto, colocaré ese libro en mi biblioteca personal, en un espacio reservado para libros Especiales...