domingo, 27 de enero de 2008
Los sellos de correos
Anoche vi en televisión un anuncio de la serie Cuéntame cómo pasó. De repente me vino a la cabeza la imagen de las cajas metálicas de Cola Cao que muchas veces aparecen en casa de los Alcántara y que seguro que todos los de mi generación recuerdan. Me acordé de cómo mi padre tenía guardados un montón de sellos en una de esas cajas y cómo la descubrí registrando uno de los armarios de nuestra casa en Vélez Rubio. Esa caja, y su contenido, la heredé cuando tenía 9 años y, desde entonces, colecciono sellos. Hoy me he levantado con la intención de clasificar y ordenar (será deformación profesional) los últimos sellos que he ido recibiendo y que últimamente tenía un poco descuidados por falta de tiempo. Y, hablando de tiempo, ¿han comprobado alguna vez cómo se pasan las horas mirando los monumentos, los personajes históricos, las fiestas populares, los trajes típicos y ese largo etcétera de imágenes que aparecen en los sellos? Creo que será a lo que me dedique cuando me jubile, si alguna vez me jubilo, claro…
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5 comentarios:
En casi todas las casas hay cajas metálicas de Cola-cao como las de la familia Alcántara.
En la mía, creo que perviven dos de ellas; deben estar en algún altillo o en alguno de los armarios roperos y contienen fotos en balnco y negro de mis padres cuando aún estaban solteros. O sea que son fotos de los años 40 ó 50.
Recuerdo en casa de mis padres cuando pasaba tardes enteras registrando las cajas y preguntando a mi madre quién era tal o cual persona.
También servían esas cajas para guardar ovillos de hilo, restos de labores, botones... En fin, eran cajas que atesoraban y atesoran recuerdos.
Ahora mismo acabo de coger una de ellas en la mano y la he abierto. La tengo en la estantería, junto a la mesa del ordenador desde el que estoy escribiendo este post.
Es una caja verde con dibujos de chinas con sombrillas,pagodas,
barcos chinos, puentecitos...
En el frontal pone BOTONES. Detrás de la caja se ve la mujer del Cola-cao con la bandeja entre sus manos y el bote de Cola-cao ( alimento completo)sobre la misma. Ansiosos, la rodean dos niños que esperan su tazón del rico chocolate. Es una estampa antigua, que me trae muchos y bonitos recuerdos de la infancia.
Bajo la escena familiar reza el siguiente mensaje : "Cola-Cao el alimento de la juventud ".
Y la verdad que fue el alimento de nuestra infancia y nuestra juventud.Y también hoy, de vez en cuando saboreo una estupenda taza de cola-cao. Siempre tengo en la despensa el preciado alimento, para cuando vienen mis sobrinos.
Pero yo de vez en cuando me obsequio con un vasito de cola-cao.Tiene muchas calorías pero está super-bueno.
Acabo de abrir la "caja verde con motivos chinescos del Cola-cao " y he hallado en ella 23 cartas del año 84. Cartas que me mandó un chico del que estaba perdidamente enamorada cuando tenía 18 años y con el que salí intermitentemente durante algunos años.
Fue mi primer amor.
Así que ratifico lo anterior, las preciosas cajas metálicas de Cola-cao, atesoran inolvidables y bellos recuerdos.
Esa caja verde me acaba de trasladar a 23 años atrás.
Pura magia esas maravillosas cajas metálicas.
Yo soy un poco más joven, así que no he conocido mucho las latas del Cola cao. Sin embargo, las tengo siempre un poco presente por una historia relacionada con mi madre. Ella las había estado guardando y debía tener unas cuantas. Una vez las llevó al chalet de mi abuela para usarlas en algo. Después de un tiempo fue a buscarlas y no hubo manera de encontrarlas, habían desaparecido como por arte de magia. Debe ser como cuando perdemos algo en casa y somos incapaces de encontrarlo (en mi casa llevamos 10 años buscando una rebeca... mi madre cree que tiene algo que ver con una francesa que estuvo de intercambio, pero esa es otra historia). De manera que ahora, para intentar contrarrestar la pena que tiene por sus latas (aunque sólo eran 3 ó 4), cada vez que viajo y encuentro una bonita caja metálica de galletas, bombones o cualquier cosa, se la compro. Y es que los pequeños detalles pueden hacernos muy felices.
Yo las latas de Colacao no las conozco mucho pero si las de las galletas y sobre todo las danesas, esas pequeñitas de mantequilla, que buenas están. Mi costurero es una lata de bombones, la de las galletitas danesas son donde guardo los dulces de varias clases, en una latita pequeña de cigarrillos more, guardo tizas de cuando era pequeña, pero mi tesoro que son los sellos los guardo en una cajita de madera, ya que me gusta como huele cuando la abro.
si, yo "todavía", como me dijo el otro día una amigo, colecciono sellos, parece que es solo una afición de chaveles pero si de verdad te gusta vas aumentado tu colección poco a poco. A lo mejor no la miras en 6 meses pero de pronto tines un montón de sellos que colocar. Aunque correos parece que quiere quitarlos de enmedio ya que ahora se dedica a estampar el tampón de correos con la fecha en vez del sello.
Sigamos con las aficiones de sellos y las latas de colacao.
¡Que recuerdos!Las latas de Cola-Cao formaban parte de las casas: las horizontales, de tapa ancha servían de costurero y las verticales estaban en la despensa guardando otras cosas (café, azucar,etc.).
En casa había muchas y todas han ido desapareciendo con el tiempo, sustituidas por "otros tarros" y "otros costureros" más convencionales, peeeeeero sigue existiendo una que, desde que tengo uso de razón está en el mismo sitio y tiene el mismo uso de siempre, ¿cual?, es donde se guarda la comida de los canarios, que en mi casa siempre hemos tenido muchos y muy bonitos.
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