Ya he vuelto de las merecidas y necesarias vacaciones (aunque hoy, en Azuaga, solo se trabajan cuatro horitas, para no estresarnos mucho tras las fiestas). La verdad es que cada tres meses deberíamos tener cuatro días de vacaciones, así vendríamos con las pilas cargadas cada cierto tiempo. Y eso que he de decir que cuando estás fuera se está muy bien, se descansa y se desconecta bastante, se duerme más, se come mucho... Pero cuando se vuelve de un viaje se piensa: por fin mi sofá, mi calefacción (¡qué frío hace en el norte!), mi tele, mi mesa, mi caaaaaaaaaaasa...
1 comentario:
Hogar dulce hogar.
Uno disfruta de los viajes, de las escapadas o excursiones: rompemos con la monotonía, degustamos nuevos sabores, nos deleitamos con nuevos paisajes y pintorescos lugares, nuevos vecinos... Pero al final, uno de los mayores placeres de las vacaciones es el regreso al hogar; a nuestro refugio, a nuestro sofá; en definitiva, a nuestro espacio, a los olores y sabores de siempre, a los ruidos ya casi imperceptibles por su cotidianidad.
La casa de uno es el lugar donde más cómodo se está. Eso sí, sobre todo , tras unas maravillosas vacacines o tras un merecido descanso.
Bienvenida al hogar Conchi y a tu blog.
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