miércoles, 23 de diciembre de 2009

Desayuno especial

Todas las mañanas vamos a desayunar a un bar cercano al ayuntamiento. Ese tiempo sirve para despejarse un poco y para empezar a ser persona tras el cafetito. Pero hoy el desayuno será diferente y es que celebraremos que llega la Navidad con un chupito de licor. Ya veremos... Todo puede ser que esta mañana mis usuarios me encuentren un poco zombi, pero seguro que lo comprenderán.

Feliz Navidad a todos los lectores de este mi blog.

viernes, 18 de diciembre de 2009

La soledad de los números primos

Esta mañana he venido a trabajar con más sueño de lo normal y es porque anoche me quedé leyendo hasta las tantas. Sí, quería terminar un libro que me tenía intrigadita, La soledad de los números primos. Ese título me llamó mucho la atención cuando lo vi por primera vez y al empezar a leerlo no lo entendía muy bien, pero poco a poco te va enganchando y ya no puedes dejarlo. Me gusta como está escrito y la capacidad para describir a cada personaje, sus problemas, su psicología, su forma de pensar y actuar, su soledad... Todo para que al final esos personajes, tras miles de acontecimientos, prefieran y se vean obligados a seguir viviendo como los números primos, solos.

martes, 15 de diciembre de 2009

Carné de estudiante

Ayer recibí el carné de estudiante de la USAL. Abrir el sobre y ver la tarjeta magnética parecida a la que utilizamos para sacar dinero del cajero me hizo mucha ilusión. Lo que me vino a la mente en ese momento fue el primer carné de estudiante que tenía en Granada, que era una tarjeta de cartón con mi fotografía pegada en un recuadrito y mis datos escritos a mano... De eso ya hace tiempo, claro. Qué diferencia. Con este nuevo carné podré acceder a los recursos de la USAL de forma remota, sin tener que desplazarme los cuatrocientos kilómetros que separan Azuaga de Salamanca, cosa que sería impensable hace unos años. Desde luego que la tecnología nos hace la vida mucho mucho más fácil.

viernes, 4 de diciembre de 2009

Silencio, por favor

En muchas bibliotecas podemos encontrar carteles parecidos a los que hay en los centros de salud para que intentemos guardar silencio. En mi biblioteca también tengo algún que otro cartel de ese tipo pero hace un tiempo que he comprobado cuál es el mejor método para que esto no se convierta en un parque de atracciones. Sí, casi todos los días viene una mamá con su bebé dormido como un angelito dejando el cochecito justo a la entrada de la biblioteca mientras ella está un rato consultado internet. Cualquier persona que entra en la biblioteca lo primero que ve es al bebé y sin decir nada cierran la puerta con cuidado para no hacer ruido, me hacen señas para que yo sepa que van a hablarme muy bajito... Vaya, que todos los días espero a este bebé que sin necesidad de decir nada y en un solo segundo consigue mucho más que yo en años.